Luego de recibirse de médico, José Manuel Cardozo, emprendió su viaje de postgrado a lo que se llamaba la República Federal de Alemania o, lo que era lo mismo, Alemania Occidental.
Allí continuó sus estudios entre 1964 y 1968 y a cargo de, nada mas y nada menos, que del Premio Nobel de Medicina: el Dr. Werner Forssmann.
El siguiente es un relato del Dr. Cardozo, y recopilado en aquel viaje, de cómo el Dr. Forssmann comenzó sus investigaciones; que luego significarían un gran avance en el rubro de la Cirugía Cardiovascular:
El Dr. Werner Forssmann, el protagonista de esta historia.
Habían pasado pocos años después de la primera guerra mundial (1914-1921) y el doctor Werner Forssmann trabajaba en un hospital de campaña de Alemania. Era un hospital modelo, como son todos los hospitales en aquel país. Es decir, que contaba con servicio de clinica médica, cardiología, cirujía general, traumatología, pediatría y neonatología. El Dr. Forssmann hacía pocos años que se había recibido y tendría a lo sumo 30 años de edad. El hospital contaba, además, con servicio de Laboratorio y un servicio de rayos X. Hasta ese tiempo era creencia general de la población y aún de los propios médicos, de que si se tocaba las cavidades del corazón por dentro, o aún el mismo cerebro, el paciente se moría inmediatamente.- Como Forssmann estaba acostumbrado a manejar los aparatos de rayos debido a que frecuentemente hacía gastroscopías, histerografias , etc., sabía dominarlos con cierta ligereza y habilidad.- Un día pensó: si el estómago se observa gracias una sustancia de contraste y con el colón pasa lo mismo, es indudable que tendremos que poder ver las cavidades del corazón, introduciendo una sustancia radiopaca en ellas.- Cierto día, se dijo así mismo, pepararé una sustancia opaca y liviana de modo que pueda deslizarse a través de una sonda o cateteter, además prepararé varias placas radiográficas para que vayan cayendo una, por vez, recibidas la radiación X. Él misrno se encargo de preparar el medio de contraste y eligió el cateter que se autointroduciría por la vena de la flexura del codo en dirección a la axila, dipuso además de una enfermera especilista en rayos que fuera haciendo nuevos disparos a la simple orden y mandato que el le daría. Una vez que estuvo listo se puncionó la vena de la flexura del codo por donde introdujo el cateter, que teóricamente y de acuerdo a lo calculado , llegaría hasta el ventrículo derecho de su propio corazón en donde sería inyectada, llegado el momento le preguntó la enfermera: ¿está todo preparado? Ésta a lo cual ella repuso con un divagante «si señor, puedo empezar« Esta, en vez de cumplir con las ordenes ,se agarró la cabeza con las dos manos y salio gritando por los pasillos: «Este hombre se quiere matar ,el Doctor Forssmann … el Doctor Forssmann … esta en rayos y yo lo visto… se quiere matar …..!!!» Mientras tanto Forssmann había comenzado la inyección de contraste y con la pierna, o con un puntero, ponía en marcha los disparadores del aparato de rayos X
Así fue cómo se logró, la primer radiografía de corazón en toda la historia, tal como se la ve
Las radiografias salieron todas tal como estaba planeado e incluso se registró gran parte de la circulación pulmonar.
Al entrar la gente en rayos, lo encontraron vivo y terminando de extraerse la sonda que había metido hasta su corazón. Por tal hecho el Dr. Forssmann fue separado de sus funciones y el estudio que desarrollaba, cajoneado. Casi 20 años después, en la década del 40, dos investigadores norteamericanos los descubrieron en una vieja cajonera, los leyeron y analizaron la posibilidad de renovarlos; con nuevos aparatos. Vislumbraron que podrían servir en el futuro para impulsar a la Cirugía Cardiovascular. Por estos estudios, el Dr. Werner Forssmann obtuvo el Premio Nobel de Medicina en el año 1957…
Esquema de cuál era la idea del Dr. Forssman, en una publicación de la época.
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