Responso… al inolvidable «Kimba»

Kimba ‘» pequeño Kimba que ya no me escuchas!

Tú el desconocido perrito del destino.

Tú nuestro extraño « Amigo de la lluvia « …

Pues cierto día, cuando el cielo estaba gris

y gruesas nubes desde su concavidad oscura

dejaba caer la lluvia en todas partes

sobre la ciudad …

y también sobre nuestras cabezas y nuestros corazones …

En ese día … tal vez desconocido…

desde algún lugar … quizás también desconocido

venías tú … !

kimba c

En tus ojos los chicos del barrio

leíamos tu tristeza y tu soledad … !

Ella era grande pero tú … tú eras muy pequeño

y tú podías, sin embargo, causar el llanto a cualquiera

o una amarga lágrima de pena

cuando alguien conociese tu condena … !

Kimba … pero tú, no eras el único …

Vosotros érais dos …

un ausente que un día tuvo que irse

y tú, nuestro querido Kimba,

y tú, que … también tuviste … que irte

triste … lejos de tu casa

porque era necesario partir, mi perro … !

Tú estabas sólo … sólo sobre el mundo

sin caricias ni amo.

y tu mirada buscaba

algún niño … algún amigo … compañero …

Que pronunciara tu nombre,

y tocara tus orejas mojadas y despeinadas

en cualquier lugar llovido,

y húmedo por el invierno …

Nosotros los chicos del barrio …

te comprendimos … y tocaMos tus orejas…

y dijimos tu nombre y te dimos comida …

y jugaste y jugamos nuestro perro amigo …!

Pero un día … en que la lluvia

otra vez inquieta golpeteaba

los vidrios y ventanas de las casas …

y caían al suelo amarillentas

las hojas secas de los árboles,

hojas muertas del otoño …

Alguien no quiso tu vida.

Alguien te llevó a la muerte … !

…¿Quién fue?… ¿Qué pasó?…¿Qué sucedía?

Nadie pudo responderse … !

Tu suerte fue que ya no volverías …

Ahora bien … todo pasó … no fue justicia … !

No vivirás jamás aunque lo quieras …

y aunque nosotros tus amigos … lo querramos …

Duerme en paz, nuestro buen pequeño Kimba.

Duerme en paz porque tu sueño es largo.

Nadie te despertará,

ni sentirás el hambre, ni las pulgas,

ni el viento frío tocará tus ojos,

ni tus huesos, han de temblar, por el frío o por el miedo … !

Los celos no envenenarán tu corazón,

buscando el privilegio de ser único

porque realmente lo fuiste,

nadie ocupará tu lugar …

porque no hay «PERROS DE LA LLUVIA»,

como lo fuiste tú aquel invierno.

Pero ahora … tú estás muerto …

Duerme en paz … allá en el fondo de tu fosa … !

Nosotros te extrañaremos,

y alguna vez … algún día …

como el día de la lluvia …

cuando estés ya todo muerto

y tus orejitas no nos escuchen más …

Nosotros volveremos a ti …

con los cabellos mojados,

como están mojados ahora

nuestros rostros por las lágrimas.

Nosotros volveremos a ti …

trayéndote en el recuerdo, una flor de nieve y sangre …

para ti nuestro pequeño Kimba,

que llegaste asesando en la tormenta,

y te fuiste lentamente entre la niebla,

hasta desaparecer bajo el agua que caía,

recubriendo las calles …

porque tú fuiste, querido amigo Kimba,

el misterioso «PERRO DE LA LLUVIA «.

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